Nuestras vidas son
como los ríos que van
a desembocar al mar
como el corazón mío que
en el tuyo quiere habitar.

Quién escuchará mis lamentos
sobre las aguas del mar
suspiros tristes
mezclados en pequeñas alegrías
que en dosis pequeñas me das.
       

Testigo de mis males es el mar
que mueve lentamente
su desnuda y agua azul
vencido de dolor e inerte
por querer renacer
estos sentimientos
ya inexistentes.

Vence las afiladas
cuchillas del mar
adéntrate, sumérgete, empápate
de su belleza y grandeza
y espérame con tu delicadeza
envuélvete en su blanca espuma
mira al horizonte
déjate llevar
quizás en el me veas llegar.

Jandra
 

 

                    

                    

 

 

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