Cuando te tuve

cuando te tuve,
di valor a mis noches,
a mis días,
di valor a mis ojos,
a mis manos,
hasta entonces frías.

Cuando te tuve,
mis labios cobraron vida,
la vida que les faltaba,
la vida que tú les dabas,
vida mía.

Cuando te tuve,
mis sueños
ya no eran mentiras,
mis sueños estaban ahí,
en tus ojos,
en tu sonrisa.

Cuando te tuve,
cambié el llanto por la risa,
por primera vez era yo,
el otro…
¡El otro era mentira!

Cuando te tuve,
todos mis días,
grises,
se volvieron maravilla,
días que me llevaron a ti.
¿Cómo pueden ser mentira?

Cuando te tuve,
diste sentido a mi vida,
mis brazos tenían valor,
era verdad mi sonrisa.

Cuando te tuve …
¡parece un sueño!
Mas fue real,

no es mentira,
yo te tuve entre mis brazos,
tú me diste la vida.

Y ahora …
ahora que ya no estás,
tus ojos,
tu sonrisa,
tu alma de niña,
sigue viviendo en mí,
vivirán mientras yo viva.

¿Y cuando muera?
Cuando muera:
tendrá sentido mi vida,
mis manos tendrán sentido,
tendrá sentido mi risa,
mi cuerpo se irá esparciendo,
un “te quiero” en cada herida,
un “nunca te dejé de amar”,
un “te amo todavía”.


Un vagar por la eternidad
buscándote noche y día,
y prometo no parar
hasta encontrar tu sonrisa.

Y al leve roce de tus labios,
volverás a darme la vida,
mas no la querré aceptar,
mi muerte tendrá sentido,
una muerte convencida,
una muerte junto a ti,
una muerte, que es mi vida

  Autor: Francisco

 González García.

Escuchas el poema en la voz de: Salvador Pardos.